miércoles, 17 de septiembre de 2008

La revuelta de la mente...


Por un momento sentí una revuelta en la batería de mi ser. Aquella batería estaba como desorientada con el flujo normal de electrones llevando a estos a otro sitio que no era aquel polo opuesto era como una desviación que se reflejó en todo lo que hacia, cualquier comportamiento que me veía envuelto se destacaba como una ampolleta prendida en el medio de la oscuridad. Momentáneamente se acercaba un atardecer pintado de un color de nostalgia y de soledad del cual se impregno en las entrañas de aquel ser por un par de días. Fueron duras misiones, duras batallas que se notaba la valentía de aquel caballero. Puedes creer que ese torbellino de letras, frases, colores y hasta sentimientos fue creado por mi propia enemiga que nos envuelve en la mayor de las amarguras y de un momento a otro le regala la mayor de las felicidades de las cuales ella misma puede recordar?

jueves, 4 de septiembre de 2008


¿Cómo toca la música en nuestro ser?

Como una nota aflora pensamientos baldíos, dándole a estos alas. Como aquella nota intervienen con frenesí en la gesticulación de mi cara. Como esa nota marca un ayer, un hoy y un mañana.

Como la más deliciosa de las expresiones esta considerada la música, si bien, es causa un efecto parecido a una bebida energizante pero lo más increíble es que no aporta calorías. Esto se debe a que ésta se manifiesta en nuestro cerebro con más intensidad que las calorías aportadas por una bebida. No es algo físico, sino sólo ondas que actúan en nuestro sistema nervioso dejando casi en miniatura a la mejor de las drogas, ni siquiera ésta puede superar aquella esencia de la cual nuestro ser esta en constante requerimiento.

La música es muchas veces nuestro escape frente a dificultades de la vida, ya que se manifiesta para todos los gustos y todas las ocasiones. Es tan versátil como la forma de ser de cada persona y es sin duda alguna, el mejor descubrimiento. Y digo descubrimiento porque esta presente en lo más básico de la naturaleza y siempre ha estado ahí.
Desde una ola hasta el batir de los árboles, desde el canto de un ave hasta el sonido de la lluvia, desde el llanto de un recién nacido hasta una trágica despedida en un funeral. Todo es música y nos permite esa dulce y melódica sensación.

Es innato en el ser humano reaccionar ante un estímulo externo. La música aflora un arsenal de situaciones desde motivación hasta decaimiento, desde relajo hasta melancolía, desde originalidad a recuerdos, desde discriminación hasta imaginación, desde despreocupación hasta inspiración.
Es un amigo para muchos, un confidente para otros y un amor para aquel que desee dejarla entrar en su corazón.

Combinar sonidos espacio y tiempo, eso es música. En pocas palabras es una máquina del tiempo que nos teletransporta, que nos motiva, que nos inspira, que nos da una visión diferente de la realidad que nos rodea.

Para algunos su mayor fortuna es trabajar en su talento. Para un músico cazar una frase que pueda transmitir una sensación, es como, para un hombre, ver a la chica de nuestros sueños, tenerla y poder besarla. Como buen oyente, esa frase es capturada y analizada para que cumpla su objetivo; el transmitir una sensación de la cual poder gozar y vibrar. De alguna forma esta queda en aquel subconsciente, la que deja la sensibilidad y la creatividad del artista quede plasmada en la mente del oyente, como el toque de un nota que hace comprender que en el presente no todo es un trauma.